La considerable presencia de jóvenes en los primeros días de los actos fúnebres del pontífice argentino se debe fundamentalmente a que iban a participar en la ahora suspendida canonización del nuevo santo.
La única iglesia católica en Gaza, donde durante más de 16 meses se han refugiado unas 500 personas de los ataques israelíes, recibía a diario una llamada del papa Francisco.